La mayoría de los culíes se concentraron en el Perú a mediados del siglo XIX, es decir entre los años 1847 y 1879. Las razones por las que llegaron al Perú fueron muchas, una ellas era que los chinos tenían una vida muy dura en su país. Pues la crisis a muchos de ellos les obligaba ahogar a sus hijos o los dejaban abandonados en la vía pública[1]. Por esta razón, ellos no desaprovecharon la oportunidad de emigrar y buscar una mejor calidad de vida.
Los chinos antes de llegar al Perú, tuvieron que pasar por una durísima travesía la cual, demoraba cerca de 120 días. Los barcos partían de Macao. Estos no era higiénicos y la comida se limitaba a un poco de arroz y carne salada pero sin frutas ni verduras. Por la mala nutrición se propagaban las enfermedades contagiosas. Así que, obviamente, los chinos enfermos no tenían atención médica y muchos morían en dicha travesía. Luego, arribaron a la costa del Perú. Estando en el Perú, los culíes fueron maltratados por los mestizos y negros libres, quienes los consideraban una de “castas inferiores”. Los culíes al pisar suelo peruano pasaban por un control de sanidad para verificar si estaban libres de enfermedades contagiosas[2]. Luego los chinos eran llevados a los mercados para ser “rematados”, pues su precio por cabeza era entre S/. 350.00 a S/. 400.00.
Para ser exactos, la llegada de los culíes chinos se inició en 1849, originada por la escasez de mano de obra en la agricultura debido a la abolición de la esclavitud por el Presidente Ramón Castilla. El destino no fue exclusivamente agrícola, en los primeros años se les destinó tanto a la agricultura como al trabajo en las islas guaneras y en la servidumbre urbana. Miles de chinos fueron destinados para trabajar en las islas guaneras del litoral peruano. Además, la cantidad de culíes que fueron distribuidos para trabajar en la construcción de ferrocarriles fueron entre 5.000 y 10.000, para las plantaciones azucareras y algodoneras eran aproximadamente unos 80.000 (entre 70% y 75%)[3].
La vida del “trabajador” chino en el Perú era lamentable, ya que al venir al Perú era para mejorar económicamente. Llegaron al para servir a las conveniencia de sus patrones peruanos, pues el precio era baratísimo y no los consideraban como un ser humano, sino una maquina, los maltratos físicos y psicológico eran terribles. Muchos de ellos fueron contratados como sirvientes domésticos y como obreros en las fábricas, y aparentemente recibieron un mejor trato. Sin embargo, algunos chinos se dedicaron al comercio, se convirtieron en sastres, carniceros, zapateros, panaderos, otros abrieron sus propias tiendas. [4]
Con el tiempo algunos comerciantes chinos iban logrando riqueza, ejercían más influencia en la sociedad peruana. Algunos fueron acusados de fomentar alborotos entre ellos mismos, ya que se quejaron de los maltratados realizados por sus amos.
[1] STEWART , La servidumbre China en el Perú pg19(1976),
[2] STEWART, La servidumbre China en el Perú pg73 (1976),
[3] CHOU, Los Chinos en Hispanoamérica pg 60 (2002)
[4] STEWART , La servidumbre China en el Perú pg93(1976)
No hay comentarios:
Publicar un comentario